Si se asoma a un aula de educación infantil de una escuela Montessori, es probable que vea a niños de distintas edades moviéndose y hablando, libres para explorar diversas actividades. Cada actividad fomentará el aprendizaje y el desarrollo, pero puede que no incluya instrucciones sobre qué hacer exactamente y cuándo.

Sistema de aprendizaje

Una escuela Montessori es un entorno con abundantes materiales para el aprendizaje práctico, y se anima a los niños a centrarse en las actividades que despiertan su interés, y a menudo a quedarse con ellas. Esto contrasta con la escuela tradicional, donde los alumnos de un mismo curso suelen seguir un plan de estudios estructurado y programado.

Las escuelas Montessori ven a los niños como exploradores con intereses diferentes, reconociendo que no todos aprenden de la misma manera ni al mismo tiempo.

«Los padres pueden esperar que sus hijos reciban una educación diferenciada orientada a crear los resultados óptimos para el niño», dice Christiane Leitinger, directora de gestión de matrículas de la Montessori School of Evergreen de Colorado.

¿Qué es la educación Montessori?

La educación Montessori fue creada por María Montessori, la primera mujer médico de Italia, cuyo trabajo en una clínica psiquiátrica a finales del siglo XIX impulsó su interés por el desarrollo infantil. Montessori siguió estudiando educación, filosofía y psicología y abrió un centro preescolar en Roma en 1907.

Montessori reconoció la importancia de que los niños se apropiaran de su aprendizaje. Sus exitosos métodos de enseñanza centrados en el niño calaron hondo y, durante las siguientes décadas, escribió y estableció programas de formación de profesores por toda Europa. Su influencia no tardó en llegar a Estados Unidos, donde las escuelas de inspiración Montessori han florecido durante décadas.

Según el National Center for Montessori in the Public Sector (Centro Nacional para Montessori en el Sector Público), en Estados Unidos funcionan más de 3.000 escuelas Montessori, de las cuales unas 560 son públicas.

«Comprendió realmente las necesidades de los niños en una época en que el desarrollo infantil no era necesariamente parte integrante de las escuelas en general», dice Jill Morgenstern, profesora y escritora de Texas, que asistió a una escuela Montessori y eligió lo mismo para su hijo. «Es increíble lo adelantada a su tiempo que estaba».

Los profesores como guías

El respeto por el desarrollo del niño es uno de los fundamentos de las aulas Montessori. Los alumnos que dominan ciertas destrezas son libres de adelantarse a las expectativas típicas de su grado, mientras que los que aún no están preparados pueden tomarse más tiempo. Dar a los niños esa opción es una característica crucial de la educación Montessori.

Espacios abiertos

«Una diferencia significativa es que los niños tienen la oportunidad de elegir sus propias actividades y lecciones de una forma que no es posible en un entorno escolar tradicional», afirma Morgenstern.

Los profesores de las escuelas Montessori suelen desempeñar el papel de guías y observadores. Dependiendo de lo que vean, pueden intervenir para ayudar o dar un paso atrás y tomar nota de la capacidad de un niño concreto para resolver un problema.

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